Tortuga llanera ó gigante de mapimí

"Lluvia de aerolitos, fósiles marinos, nopales morados, vegetales mutantes, las brújulas se vuelven locas, las hondas hertzianas no entran y más eventos extraños que pasan en el triangulo de la reserva de la biosfera de Mapimí... bueno eso imaginaba, hasta que entable conversación con un joven oriundo del lugar, quién al preguntarle por el nombre de la sierra donde se estaba poniendo el sol, respondió fríamente," no tiene nombre" caí en razón que hay muchas cosas en la "zona del silencio" que son desconocidas aún para los lugareños."



Palabras clave.
Gigante de mapimí, endémica, Zona del silencio, extinción.


La tortuga llanera o gigante de mapimí, habita en llanos desérticos, en la región denominada "zona del silencio" lugar que abarca los estados de Durango, Chihuahua y Coahuila.

Los organismo adultos de esta especie tienen un caparazón de hasta 50 centimetros de largo en una forma eliptica, de color amarillo con manchas cafes. Tiene unas patas adaptadas para caminar y cavar, las patas traseras tienen dos grandes espolones a cada lado.
Se sabe que las hembras son de mayor tamaño que los machos.

Su alimentación se basa en diferentes tipos de pastos, frutos de cactáceas y algunas herbáceas.


Sus depredadores naturales son coyotes, zorrillos, zorros, gatos montes y algunas aves como correcaminos y cuervos.


Alcanza su madurez sexual entre los 15 y 20 años de edad, desovando una o dos veces por año, siendo las nidadas de cinco huevos en promedio.






La tortuga llanera o gigante de mapimí, es una especie clave dentro del ecosistema de la "zona del silencio",  puesto que gracias al efecto que tiene en el hábitat al dispersar semillas de las plantas que consume y al construir grandes madrigueras, ayuda a la conservación de un sinnúmero de especies de seres vivos que comparten su hábitat semidesertico.









La tortuga llanera es una especie endémica de la "zona del silencio" y se encuentra en vías de extinción, por las diferentes amenazas que la acechan, como: la desmedida explotación como alimento humano, el efecto de cambio climático, la degradación de su hábitat por pastoreo de ganado y su trafico ilegal para comercializarse como mascota.





Es tarea de todos generar conciencia para la conservación, no solo de la tortuga llanera, si no de la gran gama que cubre la biodiversidad, mediante pláticas qué fomenten una educación ambiental, en aquellas personas que desconocen principios básicos del desarrollo sustentable.